Entrevista en exclusiva

20.04.2025

Para muchos un ídolo para otros un villano.

Entrevistador (E): Hoy estamos con Kenai "el mono" Torres Gonçalves, activista político, empresario y figura rodeada de polémica. Gracias por estar con nosotros, Kenai.

Kenai (K): El placer es mío. No suelo hablar con medios, pero bueno, me gusta que se escuche mi versión... no solo la de los burócratas.

E: Empecemos por el principio. Naciste en Brasil, ¿cómo fue tu infancia?

K: Nací en el fango, literalmente. En una favela en São Paulo. Mis padres biológicos me dieron en adopción cuando era muy pequeño, y terminé en Tenerife, en Canarias. Mis padres adoptivos... digamos que no eran el ejemplo de estabilidad. Consumían bastante cocaína. De hecho, fui yo quien empezó a suministrársela.

E: ¿A qué edad comenzaste a traficar?

K: A los doce. En Chimisay. Era eso o morirme de hambre. La calle te enseña rápido. Pero no todo era droga... También ayudaba a mi abuelo en su finca de mangos en El Tanque. Ahí descubrí mi pasión por esa fruta. Mira qué ironía, ¿no?

E: Y de Canarias pasaste a África...

K: Exacto. En 2020 me fui a la República Centroafricana buscando trabajo agrícola. Pero allá me topé con un pueblo oprimido por un régimen podrido. Vi una oportunidad de cambio. Me uní a un grupo insurgente, organizamos un golpe de Estado.

E: ¿Y después?

K: El gobierno original volvió al poder y nos tacharon de criminales. Tuve que huir. Mis ideas no mueren, pero uno sabe cuándo es hora de desaparecer. México me abrió las puertas.

E: ¿Y ahí montaste tu empresa de mangos?

K: Mango Mono S.A., sí. Hoy tenemos más de 600 empleados. Exportamos a todo el mundo. Empecé con el apoyo de viejos contactos del narco... los mismos con los que me movía de niño. El capitalismo tiene sus usos, aunque lo deteste.

E: Se ha dicho que desarrollaste una obsesión con los mangos.

K: Lo admito. Me los comía como si fueran aire. Llegué a un punto crítico de salud. El médico me puso un límite: solo domingos. Y cebolla cruda el resto de la semana para balancear. Una penitencia frutal.

E: ¿Y tu ideología? Muchos te catalogan como extremista de ultraizquierda.

K: El sistema me hizo así. No creo en fronteras ni en gobiernos que se lucran mientras la gente muere de hambre. Soy anticapitalista, antiautoritario, y radicalmente ecológico. El planeta grita, pero nadie escucha. Yo sí.

E: Has tenido choques fuertes con figuras como el diputado español Javier Pérez López.

K: Ese señor es un fascista disfrazado de demócrata. Me enfrenté a él porque representa todo lo que está podrido en Europa. Incluso fui al Parlamento disfrazado de mango. ¿Fue teatral? Sí. Pero el mensaje quedó claro.

E: En 2022 lanzaste un curso online sobre mangos... ¿qué pasó con eso?

K: "Mango y revolución". Un curso práctico, sí, pero con contenido ideológico. La gente necesita despertar. Algunos medios lo llamaron "propaganda comunista". ¿Y qué? Si aprender a cultivar mangos los hace cuestionar al sistema, entonces sí, era propaganda.

E: ¿Cómo te ves a ti mismo?

K: Como un fruto raro en medio de una selva enferma. No soy un héroe ni un villano. Soy consecuencia.

E: ¿Temes volver a ser perseguido por la justicia internacional?

K: Que vengan. Aquí estaré. Con un mango en la mano y la otra en la tierra.


© 2025 Kenai Torres. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar
Utilizamos cookies para permitir un correcto funcionamiento y seguro en nuestra página web, y para ofrecer la mejor experiencia posible al usuario.

Configuración avanzada

Puedes personalizar tus preferencias de cookies aquí. Habilita o deshabilita las siguientes categorías y guarda tu selección.